domingo, 25 de julio de 2021

SANTIAGO APÓSTOL -25-7-2021 Señor, me has mirado a los ojos. Don Román

 SANTIAGO APÓSTOL -25-7-2021

Señor, me has mirado a los ojos

I.- Algunos de vosotros recordaréis como después del Concilio, con motivo de la reforma litúrgica se hicieron reformas en la mayoría de nuestros templos. Se quitaron muchos altares laterales y grandes reformas en los retablos disminuyendo el número de las imágenes de santos/as. Estas reformas no gustaron a todos y algunos solían expresar su malestar diciendo: “ahora nuestra parroquia parece una iglesia protestante”.  

Sin embargo, la Iglesia Católica a lo largo de su historia, para mostrarnos cómo podemos ser seguidores/as de Jesús nos ha ofrecido las Sagradas Escrituras y la vida de los santos/as porque son comentarios vivos a muchas de sus páginas. Además las personas estamos hechas  de tal manera que necesitamos modelos de identificación en todos los órdenes de nuestra vida. 


II.- Hoy, 25 de julio, la Iglesia nos propone la figura del apóstol Santiago. Los evangelios no nos dicen muchas cosas de este apóstol ya que la interés de los evangelistas fue darnos a conocer a Jesús. De todas maneras de Santiago nos dan algunos datos positivos: dejó las redes -su oficio- y se fió de Jesús, dio su vida por anunciar el Evangelio (fue el primer apóstol mártir, murió en el 42)… También nos aportan algunos datos negativos: ambicioso -pretendió ocupar primeros puestos-, pidió que baje fuego del cielo sobre unas personas que rechazaron el anuncio evangélico y, en los últimos momentos de la vida de Jesús, no supo estar a la altura de las circunstancias.


Alguno de vosotros puede peguntarse: ¿Cómo pudo Jesús escoger a una persona ambiciosa, violenta…? Para mí, la respuesta a esta pregunta es la siguiente: Jesús no llamó a Santiago y demás apóstoles por lo que eran, sino por lo que esperaba de ellos. Seguro que en Galilea había gente con más cualidades humanas que ellos, pero Jesús puso su confianza en ellos y les escogió «para que estuviesen con Él, para anunciar el evangelio del reino de Dios y para hacer el bien» El reto al que tuvieron que enfrentarse para responder a la confianza que Jesús había puesto en ellos estuvo marcado por estas tres tareas: estar con Él, anunciar el evangelio y hacer el bien. 


III.- La fiesta de hoy debe ayudarnos a pensar que Jesús, un día, también  nos llamó no por lo que éramos sino  por lo que  esperaba de nosotros. Este hecho debe ayudarnos a vivir con confianza nuestro seguimiento a Jesús porque si le dejamos “cancha libre”, lo bueno, que también tenemos saldrá triunfando sobre lo malo como le ocurrió a Santiago que de ser violente murió mártir y pondremos empeño en cumplir el reto que tuvieron Santiago y los demás apóstoles: “dedicar horas  para estar con Jesús;  anunciar el Evangelio con palabras y, sobre todo con obras; hacer el bien –echar demonios-; haciendo de nuestro mundo Reino de Dios. Esto último, la mayoría de los que nos decimos cristianos practicantes, lo tenemos bastante olvidado. Sin embargo para Jesús fue el centro de su vida, lo absoluto, la causa a la que se dedicó en cuerpo y alma 


¡Ojalá esta festividad de Santiago nos recuerde que también cada uno de nosotros hemos sido llamados para lo mismo. 

Para orar y meditar 


Señor Jesús:

En muchas ocasiones nos sentimos 

 acosados por la fragilidad de la Iglesia.


Por eso, ahora, te pedimos: 

que tu presencia nos ayude  

a “beber el cáliz” en tu seguimiento,

a ser servidores y esclavos de los hermanos, 

a vivir la “buena noticia” del amor sincero. 


Ayúdanos a anunciar sin miedo tu mensaje, 

desde el respeto a la libertad y la verdad, 

a exigir la reforma de la Iglesia 

 a fin de que sea más evangélica, 

y a vivir en comunión de amor  

y de verdad con todos.


También nos puede ayudar la letra de la canción: 


Tú has venido a la orilla no has buscado ni a sabios ni a ricos, 

tan sólo quieres que yo te siga


Señor, me has mirado a los ojos sonriendo has dicho mi nombre

en la arena he dejado mi barca, junto a Ti buscaré otro mar


Tú sabes bien lo que tengo, en mi barca no hay oro ni espadas,

tan sólo redes y mi trabajo


Tú necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse

amor que quiera seguir amando


Tú pescador de otros lagos ansia eterna de almas que esperan,

amigo bueno que así me llamas.  


Roman Bilbao Arrospide



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