Las personas y los animales disponemos de diferentes tipos de lenguaje para comunicarnos con los demás miembros de la especie, pero la palabra oral y la palabra escrita es solamente atributo de los seres humanos.
La palabra es uno de los instrumentos más poderosos de los que disponemos, ya que puede servir para enfermar o puede servir para sanar. A través de la palabra construimos diferentes realidades, de tal manera que con ella podemos influir en nuestros procesos de aprendizaje y de cambio en un sentido o en otro.
Uno de los usos más nobles y elevados de nuestro lenguaje es cuando los usamos con intención de ayudar a otras personas, es decir cuando realizamos un uso terapéutico de la palabra. Usar la palabra para sanar tiene sus reglas. No podemos usarla de forma descuidada o superficial. El uso de la palabra sanadora no es exclusivo del ámbito médico ni del psicológico. Cualquier persona puede ser un sanador a través del lenguaje si aprende cómo hacerlo de forma apropiada.
Llegado este punto me gustaría compartir con vosotros un decálogo que considero interesante de tener en cuenta para todas aquellas personas que se encuentren interesados en aprender a que su palabra tenga un componente sanador:
DECÁLOGO PARA EL USO TERAPÉUTICO DE LA PALABRA : SEGUIR LEYENDO AQUÍ.
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